SINOPSIS

El protagonista es un bosque que respira y habla por sí solo. Un bosque que es lugar de paso y morada, que alberga a un ladrón compasivo, a espíritus con asuntos pendientes y que añoran la vida, que es sustento y fuente de alimento para niños que crecen demasiado deprisa. Un bosque que observa a su alrededor a esos humanos tan peculiares que se comportan de formas tan curiosas. Por ejemplo, a esa familia acomodada que vive plácidamente en su próspero pazo. A esas dos huéspedes de ciudad, quejumbrosas, remilgadas y temerosas de los misterios que se ocultan entre la espesura. A esa mujer de corazón de piedra, avara y despiadada. A esa muchacha bella y voluptuosa que se ahoga en una rutina sin alicientes y en el desprecio de su única pariente, que no la quiere. A esa madre viuda castigada por la penuria, cuyos hijos se desloman como adultos para arañar unas monedas y ganarle un mísero pulso al hambre. A ese pocero minusválido, solo y enamorado sin remedio. A ese jornalero insatisfecho que piensa que se vive mejor siendo ladrón que matándose a trabajar…

Un cuadro de costumbrismo, creencias arraigadas, supercherías, trabajo de sol a sol, picaresca, ingenuidad, sueños de amores imposibles y de una prosperidad improbable, tierra fértil y caprichosa que tanto da como quita. Vida, amor, esperanza, dureza, sufrimiento y muerte.
El espíritu de los pueblos.
El espíritu de la tierra.


CURIOSIDADES

La película fue candidata a siete premios Goya, de los que obtuvo cuatro: Mejor película, Mejor guión, Mejor música original y Mejor diseño de vestuario.

Durante siete semanas y media el equipo de la película compuesto por 82 miembros se movió por las fragas de la localidad coruñesa de Sobrado, ya que la de Cecebre, elegida por  Fernández Flórez en el libro, se encuentra muy deteriorada en la actualidad. Más de 2.000 kilómetros recorrieron durante meses por tierras de Galicia los encargados de la localización de exteriores hasta dar con el marco ideal.

Muchos de los vecinos de Sobrado actuaron como extras. Uno de ellos, el señor Multiplica, con 100 años de edad, se prestó a ser el flautista en la banda del Furriñas, que ameniza las fiestas en la película.


OPINIONES DE LOS ASISTENTES AL CLUB DE CINE

“Había una vez, en un bosque…”. La película podría haber comenzado así… Este es uno de los comentarios que ha hecho uno de los asistentes al club de cine. Y la verdad, define muy bien la opinión general de todos. La película tiene todos los ingredientes de un cuento: un bosque, un bandido, niños, fantasmas, brujas, jóvenes enamorados, castillos o pazos, en este caso, ricos, pobres, picaros…, también animales, aunque apenas los veamos. El bosque es un sitio vivo, lleno de sonidos, de animales y de gentes que lo atraviesan cada día.

La trama refleja muy bien un tiempo y un lugar concretos: Galicia a principios del siglo pasado con su carga de superstición y magia. En ese entorno no hay línea de separación entre la vida y la muerte, lo terreno y lo sobrenatural - los espíritus conviven con los vivos y las brujas pueden hacer volver a los enamorados-. La banda sonora tan en consonancia con el paisaje nos transporta a un mundo de cuento. Las historias tienen un engranaje perfecto, están interrelacionadas las unas con las otras.
El vestuario, muy bien cuidado. También refleja la diferencia de clases. Los ricos señores del pazo de un blanco inmaculado.

Los actores en general, fabulosos. Destacamos a Alfredo Landa, al que le da igual un papel que otro, porque en todos borda su interpretación. También Tito Valverde en su personaje de pocero cojo – el manejo de la pierna ortopédica es genial- , y los niños, tan jóvenes y tan viejos a la misma vez. Una escena nos ha llamado la atención que refleja muy bien esto: Pilara que tiene que trabajar por una miseria para mantener su casa con solo doce años, baila al anochecer con su almohada, sintiéndose niña por un momento, dejando volar su imaginación. También la picaresca, presente en su hermano, que  prefiere vivir como bandido a trabajar por una miseria.

La relación con la muerte es natural. La vida sigue, y detrás de uno viene otro (la escena de la niña que sustituye a Pilara acarreando la leche) Nos llama mucha la atención el velatorio y posterior entierro de la niña, cuando todas las vecinas le dan recados para sus seres queridos muertos, este pasaje  como toda la película es a la vez cómico y lúgubre.

Terminamos con dos escenas que nos comenta  una de las asistentes: La luz que se filtra por el bosque al comienzo y al final de la película.
Comedia agridulce. Encantadora.

La calificación de los asistentes al club de cine  ha sido entre 1 y 5  estrellas:

*** = 1
**** = 3
***** = 4