SINOPSIS

En un pequeño pueblo, en algún lugar del norte de África, la tradición exige que las mujeres busquen agua en la fuente que nace en lo alto de una montaña, bajo un sol ardiente. Leila, una joven casada, propone al resto de mujeres una huelga de sexo: no mantendrán relaciones sexuales hasta que los hombres colaboren en el traslado del agua hasta la aldea.


CURIOSIDADES

Esta película, presentada internacionalmente en Cannes, ha sido especialmente recomendada por el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA) como una obra que promueve la igualdad de género, por su capacidad para “transmitir una imagen igualitaria de ambos sexos, sin situaciones vejatorias o discriminatorias para uno de los dos”, sin promover un lenguaje sexista, sin acudir a la violencia, destacando la presencia y las capacidades femeninas “en aquellos sectores y niveles claramente masculinizados”.

Radu Mihaileanu nos explica la génesis de la película: "Todo comenzó a raíz de un suceso ocurrido en Turquía en el 2001. Debido a una serie de accidentes, las mujeres de un pueblo decidieron romper la fatalidad y empezar una huelga de amor mientras que los hombres no les ayudaran a llevar el agua al pueblo. Al principio, los hombres no tomaron en serio a las mujeres y luego se volvieron con violencia contra ellas. Las mujeres consiguieron resistir mucho. Al final incluso tuvo que intervenir el gobierno. De manera más metafórica también me volví hacia el texto clásico de Aristófanes 'Lisístrata', donde una mujer hace lo mismo para poner fin a la guerra".


OPINIONES DE LOS ASISTENTES AL CLUB DE CINE

Con esta película, cerramos el ciclo que durante los dos últimos meses hemos dedicado a la MUJER. Ha sido una buena elección para clausurar. Damos las gracias a Leo, que nos ha acompañado en el club de cine durante sus estancias en España, por recomendarnos esta magnífica película.

Ha sido una sesión muy interesante, porque tenemos la suerte de contar, entre los integrantes del club de cine, con dos personas de origen marroquí, que nos han servido de intérpretes a lo largo de toda la película, tanto para explicarnos las diferentes costumbres y tradiciones de los pueblos y aldeas del norte de África, cómo para guiarnos por las canciones, los bailes, el folklore, los mercados, los zocos, el hamman…

Desde las primeras escenas, la película nos transporta a un mundo que no es el nuestro, pero que si fue, en gran medida, el de nuestras abuelas. Una sociedad anclada en tradiciones y costumbres que nada tienen que ver con el mundo moderno, pero que sobre todo en los pueblos pequeños, persisten. La cámara que nos muestra los pies de las mujeres en su descenso por el camino pedregoso y árido, desde la fuente al pueblo, nos hace meternos de lleno en su drama y tomar partido por esa lucha que se va a desarrollar por la reivindicación de sus derechos y las de sus hijos no nacidos. Impresionante la imagen de la caída de una de ellas y la angustia ante ese aborto inminente.

El papel de la mujer, que sigue siendo secundario en la mayoría de nuestras sociedades, lo es, más aún, en la cultura musulmana. En la película se nos muestra dos versiones del Islam: uno tradicional, pero moderado, representado por el Imán de la aldea y otro más radical y ortodoxo, representado por los Imanes más jóvenes que traen los aires y también el dinero de los países del Golfo.

La lucha es desigual. Por el poder que los hombres ejercen sobre las mujeres, por el peso de la tradición, pero también por la reticencia de muchas de las mujeres que tienen miedo, o, simplemente, piensan que las cosas tiene que seguir igual que han sido siempre. La escena del hamman, lo ejemplifica muy bien.

La película destila sensualidad. Nos recuerda a “Las mil y una noches”. La música, las canciones (que las mujeres adaptan para reivindicar sus derechos) los bailes, el colorido, nos muestran la alegría de esas mujeres, a pesar de su sometimiento. Un mundo rico, muy diferente del que vemos en los hombres, siempre sentados, sin otra cosa que hacer que esperar las subvenciones del gobierno o el dinero de los pocos turistas que se aventuran hasta la aldea.

La postura del gobierno, en el asunto del agua, resulta casi cómica, si no fuese por la carga de dramatismo que lleva implícita.

Esta es una película de primeros planos, de planos cortos. Los rostros marcados por el trabajo, el sufrimiento, el tiempo, la injusticia, la soledad, pero también, por la esperanza.

Fabulosas interpretaciones de todos los actores en general, destacando a Biyouna, actriz, cantante y bailarina de origen argelino, en el papel de “Vieja Fusil”; literalmente, se come la pantalla.

Una buena historia, una excelente fotografía, una preciosa banda sonora, unas buenas interpretaciones, unos diálogos sobresalientes, un tema candente, hacen de esta película una pequeña joya.

Terminamos con una frase que resume perfectamente el poder de la unión para conseguir algo:

- “Muchas hormigas pueden matar un león”

La calificación de los asistentes al club de cine ha sido entre 1 y 5 estrellas:

**** = 4
***** = 4

Uno de los asistentes le ha dado una calificación especial.: Fuera de categoría.