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Biblioteca Pública Municipal

Libro Club de Cine / Película Actual



“En el año 2006, el director Florian Henckel von Donnersmarck regaló al mundo una verdadera obra de arte, La vida de los otros. Su película recibió el aplauso unánime de crítica y público, y de este modo cosechó multitud de premios alrededor del mundo, llegando a su momento álgido al alzarse con el Oscar a la mejor película de habla no inglesa”.

El nueve de noviembre de 2019 se cumplieron 30 años de la caída del Muro de Berlín. El club de cine recordó esta fecha memorable comentando:

LA VIDA DE LOS OTROS
La Vida de los otros


Ficha Técnica

Título original: Dar Leben der Anderen.

Año: 2006.

Duración: 137 min.

País: Alemania.

Director: Florian Henckel von Donnersmarck.

Guión: Florian Henckel von Donnersmarck.

Música: Gabriel Yared, Stéphane Moucha.

Fotografía: Hagen Bogdanski.

Reparto: Ulrich Mühe, Martina Gedeck, Sebastian Koch, Ulrich Tukur, Thomas Thieme, Hans-Uwe Bauer, Volkmar Kleinert, Matthias Brenner, Charly Hübner, Herbert Knaup

Productora: Wiedemann & Berg Filmproduktion / Bayerischer Rundfunk (BR) / Arte / Creado Film.

Género: Drama.


SINOPSIS

República Democrática Alemana, año 1984. El capitán Gerd Wiesler (Ulrich Mühe), un hombre solitario, es un competente oficial del servicio de inteligencia y espionaje de la Stasi, la todopoderosa policía secreta del régimen comunista de la RDA. Sin embargo, cuando le encomiendan que espíe a la pareja formada por un prestigioso escritor (Sebastian Koch) y una popular actriz (Martina Gedenk), no puede ni siquiera imaginar hasta qué punto esa misión va a influir en su concepción de la vida y del mundo. (FILMAFFINITY)


UN POCO DE HISTORIA

Con la finalización de la Segunda Guerra Mundial, algunos de los países vencedores como Francia y la Unión Soviética, eran partidarios de aplicar una política dura contra el país vencido Alemania. Cuando llegó el momento de proponer el tipo de gobierno que regiría los designios de la nueva Alemania, el francés Charles de Gaulle, se opuso firmemente a la formación de un gobierno central para la nueva Alemania. Francia pretendía mantener un control de los países aliados sobre la devastada Alemania.

En 1945, poco antes de la finalización de la Segunda Guerra, los países aliados se reunieron en la llamada conferencia de Yalta, en ella acordaron la división del territorio alemán en cuatro zonas de ocupación, cada una a cargo de un país, así los candidatos eran EE.UU, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética.

Estas cuatro zonas estarían gobernadas por un representante militar designado por el país encargado del control de esa zona, aunque cada una sería independiente política y administrativamente.

Berlín en la división quedaba íntegramente bajo control soviético pero al tratarse de la capital, se decidió que quedara bajo el control de una administración controlada por las cuatro potencias aliadas.

Pero pronto comenzaron los conflictos entre las diferentes zonas o regiones. La primera y más evidente se produjo en la parte soviética con la autorización de los partidos políticos, donde el que mayor relevancia tenía era el KPD o lo que es lo mismo, el partido comunista de Alemania.

Pronto la zona soviética comenzó a hacer sus cribas, se deshizo del personal administrativo existente por considerarlo de corte nazi, después transformó la economía de la región, llevó a cabo una reforma agraria, las grandes industrias pasaron a ser posesión del estado, mientras que las empresas pequeñas de carácter privado comenzaban a desaparecer.

En la zona occidental, los cambios no fueron tan sustanciales. Tras los juicios de Núremberg se hizo borrón y cuenta nueva, donde los antiguos nazis podían incorporarse a la vida civil y pública. Se siguió manteniendo un sistema de economía capitalista.
Poco después, EE.UU., Francia y Gran Bretaña fusionaron sus territorios en la República Federal de Alemania (RFA o Alemania Occidental). La Unión Soviética reaccionó creando en 1949 la República Democrática Alemana (RDA o Alemania Oriental).

La ciudad de Berlín fue bloqueada, pero la Alemania Occidental lo resolvió instalando un puente aéreo que mantenía la comunicación entre Berlín Occidental y el resto de la Alemania Occidental. Muy poco tiempo después de haber sido aliados en la Segunda Guerra Mundial, se hacían patentes las dificultades de sostener la alianza en tiempos de posguerra.

Se abría un período de gran complejidad en la historia de Alemania. Con un país fracturado en gobiernos y sistemas políticos muy diferentes. En la fractura quedaban partida la vida del pueblo alemán, familias enteras y amistades.

Las situaciones de tensión entre la RFA y la RDA crecieron desde el mismo del surgimiento de ambas repúblicas. Berlín oeste era en ese momento un enclave muy importante y, de hecho, se calcula que entre 1949 y 1961, hasta que se levantó el muro, más de 3 millones de personas emigraron del bloque oriental al occidental.

En la década de los 50, con el recrudecimiento de la Guerra Fría, las tensiones entre ambos bloques crecieron y se comenzaron a poner guardias fronterizos que vigilaban el paso de un bloque a otro, incluso se instalaron alambradas de 5 km de longitud que, sin embargo, no evitaban el pase de un «bando» a otro. En esta época, las fuerzas de seguridad de Berlín Oriental comenzaron a perseguir a aquellos que querían pasar al bloque occidental, llamándolos comúnmente conspiradores, traidores a la república o contrabandistas.

El plan para construir el muro se fraguó en total secreto por parte de la RDA, a instancia del Partido Socialista Unificado de Alemania. Durante esa época, ya estamos en 1961, la RDA negó la existencia de planes para la construcción de un muro que separase Berlín occidental de la parte oriental. Por lo que se sabe, la parte occidental solo tuvo conocimiento de la existencia de este plan a primeros de agosto de 1961, solo unos días antes de que el muro fuera, efectivamente levantado.

El proceso de construcción del muro se llevó a cabo en tan solo dos días, el 12 y 13 de agosto de 1961. A lo largo del muro se dispusieron además alrededor de 15.000 miembros de diferentes fuerzas del orden de Berlín Oriental, además de una partida del ejército soviético, apostado en vistas de un posible enfrentamiento. Además, se suprimieron todos los canales de comunicación y transporte entre una y otra zona (salvo algunas líneas de ferrocarril fuertemente vigiladas).

Se calcula que durante estos primeros días más de 400 oficiales del bando oriental desertaron a la zona oeste en unas 225 escapadas. Las autoridades de la RDA alegaron que el muro era un método de control antifascista, para evitar que las ideas capitalistas y fascistas volvieran a llegar a Alemania.

El muro de Berlín ejemplificaba a la perfección las diferencias y las tensiones entre un bloque y otro, que dieron lugar a lo que se llamó como Guerra Fría, probablemente los años en los que el mundo estuvo más cerca de enfrentarse a una tercera guerra mundial.


LA CAÍDA DEL MURO DE BERLÍN


Si no era el momento más sonado de la historia, fue uno de ellos, porque la caída del Muro de Berlín, daba comienzo a una nueva historia y cerraba los capítulos en donde un solo pueblo, fue dividido de manera caprichosa por los gobernantes. El 9 de noviembre de 1989 se anunciaba en la prensa que a partir de la medianoche, los alemanes del este podrían cruzar el muro, sin necesidad de permisos especiales y cuando quisieran. Podrían cruzar cualquiera de las fronteras de la Alemania democrática.

Esto llegó a los oídos de los berlineses de ambos lados del muro y quedaron expectantes de la hora, para que a la media noche todos comenzaran a cruzar a pie, en coche o sobre el muro, al otro lado. El momento se quedó grabado en la historia, porque daba fin a la separación de un pueblo y reunió a amigos y familiares que inundaron las calles de cerveza, champán, flores y abrazos.


OPINIONES DE LOS ASISTENTES AL CLUB DE CINE

Excelente película, que nos cuenta una parte de esa Alemania del “Muro”, desconocida para muchos de los asistentes a este club de cine.

Aunque tiene un trasfondo político e histórico, apenas hay un esbozo de los acontecimientos históricos en algunos momentos del film; a través del televisor o en alguna conversación de los protagonistas, en el que vemos lo que está sucediendo en Berlín. Este planteamiento que a casi todos los asistentes les ha parecido acertado, a otros no les gusta; creen que tendría que dar más información sobre los acontecimientos políticos que se estaban sucediendo.

Por lo demás la película nos parece que está muy bien hecha en todos los sentidos; tanto a nivel técnico como interpretativo.
Un buen argumento. Grandes interpretaciones. Sobresaliente la actuación de Ulrich Mühe, dando vida al competente oficial de la Stasi Gerd Wiesler, hombre gris y anodino en su vida privada. La transformación del personaje a lo largo de la película, sin apenas gesticular, es soberbia. Destacamos también a Martina Gedenk interpretando a Kristta (si una sociedad está oprimida, ya sabemos que el peor papel siempre lo lleva la mujer).

Los artistas y los intelectuales son los que inician las pequeñas revoluciones que terminan por minar las dictaduras y los regímenes opresivos.

Excelente fotografía, con predominio de los primeros planos. Muy bien utilizados la luz y el color para mostrarnos las dos facetas de la vida de los personajes. La comparación de los barrios y la casa de Wiesler, donde todo está hecho para cubrir las necesidades más elementales del ser humano, todo aséptico, gris, con las casas del dramaturgo y los intelectuales, donde todo rezuma color y vida.

Fabulosa banda sonora. Un buen diseño de vestuario. Junto con la fotografía, lo que más nos ha llegado han sido los diálogos; no tienen desperdicio, desde el comienzo con el interrogatorio, las conversaciones entre la pareja, con los funcionarios y políticos.

El capítulo final ha creado controversia. A la mayoría nos ha gustado ver cómo era la vida de los personajes después de la caída del Muro. Ver que había un poco de “justicia” después de todo. A uno de los componentes, ese final le sobra.

El cambio del Wiesler, de oficial al servicio absoluto del régimen a “traidor” por salvar a los que estaba espiando, nos demuestra que una sola persona puede cambiar el destino de muchos, dependiendo de sus actos.
Una gran película.

La calificación de los asistentes al club de cine ha sido entre 1 y 5 estrellas:


**** = 6
***** = 3



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