El 29 de marzo de 2019 fallecía en París Agnès Varda, directora de cine francesa, considerada por algunos críticos de cine la «abuela de la Nueva Ola» (Nouvelle vague) y una de las pioneras del cine hecho por mujeres y del cine feminista. Sus películas y documentales guardan un carácter realista y social. Toda su obra presenta un estilo experimental distintivo. A lo largo de su trayectoria recibió numerosos premios, entre ellos en 1985 con la película Sans toit ni loi(Sin techo ni ley) obtuvo el León de Oro del Festival de Cine de Venecia y su biografía documentada en Las playas de Agnès , el Premio César en 2009 o el Premio René Clair de la Academia francesa. En 2017, recibió el Óscar Honorífico por toda su carrera.
El club de cine ha querido rendirla homenaje comentando el documental:
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Ficha Técnica |
Título original: Les glaneurs et la glaneuse.
Año: 2000.
Duración: 82 min.
País: Francia.
Director: Agnès Varda.
Guión: Agnès Varda
Música: Joanna Bruzdowicz, Isabelle Olivier, Agnès Bredel, Richard Klugman.
Fotografía: Stéphane Krausz, Didier Doussin, Pascal Sautelet, Didier Rouget, Agnès Varda.
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SINOPSIS
Recorriendo Francia, Agnès Varda se ha encontrado con espigadores, recolectores, gente que busca entre la basura. Por necesidad, o por puro azar, estas gentes recogen los objetos desechados por otros. Su mundo es sorprendente. Y la directora, a su manera, es también una especie de espigadora que selecciona y recoge imágenes aquí y allá. (FILMAFFINITY)
OPINIONES DE LOS ASISTENTES AL CLUB DE CINE
Espigar: Recoger las espigas que han quedado en el campo tras la siega. Esta es la definición que podemos encontrar en el diccionario y que aparece al comienzo del documental con el precioso cuadro de Millet como telón de fondo. Mujeres que tras la cosecha recogen las espigas que han quedado en el campo. Partiendo de este “oficio” que creíamos perdido, la directora nos muestra a lo largo de la película a los nuevos espigadores -ya no son sólo mujeres-, y rebuscadores de nuestro tiempo.
Con la cámara en mano, de una forma casi artesanal, Àgnes recorre parte de Francia retratando personajes y modos de vida, en los márgenes de la sociedad en la que vivimos, pero también gentes con trabajos remunerados, que aprovechan lo que otros desechan o lo que la naturaleza nos da, para vivir de una forma más sostenible.
Un tema muy interesante, diferente, nos ha aportado y gustado la forma tan artesanal de filmar. El manejo de la cámara, como se fija en todos los detalles y como una “niña” juega con los enfoques y los planos, mostrando al espectador formas de vida tan opuestas a la nuestra. El tránsito por la carretera siguiendo a los camiones, muy acertado, aunque a alguno de los asistentes les ha resultado demasiado lento.
Un tema muy social que nos ayuda a concienciarnos. La directora nos muestra, sin tomar partido a diferentes personas y colectivos con sus circunstancias particulares que aprovechan o viven de lo que este mundo en el que vivimos “de usar y tirar”, desecha. Alimentos y enseres en perfecto estado que nuestra sociedad tira y otros aprovechan para alimentarse, para hacer arte, para reciclar… Dos fotogramas muy ilustrativos de todo lo que hemos dicho: la patata con forma de corazón y el reloj sin agujas.
La banda sonora con fragmentos de rap o hip hop sintoniza muy bien con los temas tratados, ya que esta música urbana lleva implícita en sus letras una gran carga de denuncia social.
Muy bien valorado en general, diferente de lo que solemos ver y comentar en el club de cine, aunque a uno de los asistentes les ha parecido que la directora acusa su edad en la forma de tratar el tema y que su forma de grabar y actuar es un poco impostada.
La calificación de los asistentes al club de cine ha sido entre 1 y 5 estrellas:
** = 1
*** = 7
**** = 2
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