SINOPSIS

Época de la Guerra Fría. C.R. MacNamara, representante de una multinacional de refrescos en Berlín Occidental, hace tiempo que proyecta introducir su marca en la URSS. Sin embargo, en contra de sus deseos, lo que su jefe le encarga es cuidar de su hija Scarlett, que está a punto de llegar a Berlín. Se trata de una díscola y alocada joven de dieciocho años, que ya ha estado prometida cuatro veces. Pero lo peor es que, eludiendo la vigilancia de MacNamara, la chica se enamora de Otto Piffl, un joven comunista que vive en la Alemania Oriental. (FILMAFFINITY).


CURIOSIDADES

Billy Wilder nació en Austria y emigro a Estados Unidos a los 28 años. Perdió a parte de su familia en los campos de concentración y durante toda su vida fue muy reacio a hablar sobre el tema. Aunque comulga más con los ideales del estilo americano, no es un reaccionario; durante La Caza de Brujas del senador McCarthy, en una reunión de directores de Hollywood, un importante directivo retó a los que había en la sala a levantar la mano si estaban en contra de las políticas anticomunistas. Dos de los que levantaron la mano fueron Jonh Huston y Billy Wilder.

La película está basada en una obra de teatro, con el mismo nombre, escrita por el dramaturgo húngaro Ferenc Molnár, estrenada en Alemania. El argumento es diferente: un banquero parisino que debe cuidar a la hija de un millonario escandinavo. Billy Wilder y I.A.L. Diamond, americanizan el argumento con el icono de Coca-Cola, como símbolo del capitalismo.

James Cagney y Billy Wilder no tuvieron una buena relación durante el rodaje, de hecho, después de rodar esta película, Cagney se retiró prácticamente de la interpretación.

Al estar rodada en un Berlín dividido en sectores, tuvieron problemas con las autoridades soviéticas para pasar de un lado a otro de la Puerta de Brandeburgo, además en medio del rodaje se levantó el “Muro de Berlín” y tuvieron que construir una réplica a tamaño natural en los estudios Bavaria de Munich. Poco después el actor Horst Buchholz tuvo un accidente de coche en Munich, conducía borracho y hubo de ser hospitalizado de urgencia; su estado era grave. Después de tantos contratiempos deciden que el final de la película se grave en un plato de Hollywood.

El film fue un fracaso en Estados Unidos y en Alemania, los ánimos nos estaban para comedias sobre la Guerra Fría. Años después, tras la caída del muro, los alemanes llenaron las salas de cine para volver a verla.

La famosa actriz Joan Crawford, tenía un puesto importante el consejo de la multinacional PepsiCo. Un día Billy Wilder recibió una llamada protestado por la campaña que la película bridaba a la empresa rival, Coca-Cola. Wilder, en vez de amilanarse, saca partido a la situación con un último gag: Mcnamara compra varias botellas de Coca-Cola de una máquina expendedora y para su asombro, la última que sale es una Pepsi-Cola. Así zanjó el asunto.


OPINIONES DE LOS ASISTENTES AL CLUB DE CINE

• Me ha gustado. Me he reído y lo he pasado muy bien, pero va demasiado deprisa y no da tiempo a asimilar todo lo que dicen.

Critica a todo el mundo de una manera muy sutil para que nadie se sienta ofendido. Muy bien todas las interpretaciones en general, salvo Otto y Mcnamara, que me han gustado menos.

Destaco varios momentos divertidísimos:

- Cuando van a rescatar a Otto a Alemania Oriental, cómo logran pasar la puerta de Brandeburgo sobornando a los guardias con una botella de Coca-Cola.

- La escena de la secretaria bailando en la mesa, y la cara que ponen los tres rusos.

- El regreso de vuelta a Berlín Occidental, con esa carrera de los dos coches, con el fondo de edificios destruidos, aún de la Segunda Guerra Mundial, que terminan chocándose contra el muro para que los otros puedan salir.

- Cuando dejan a la secretaria con los rusos y disfrazan al asistente de Mcnamara de secretaria.

- La escena del coche, cuando meten a la novia, el novio comunista, Mcnamara, el asistente disfrazado de mujer, con un montón de sombreros y el sastre cosiéndole los pantalones, y probándole sombreros, es como el “Camarote de los Hermanos Marx”.

El título, muy acorde: Mcnamara se pasa la película diciendo uno, hacer esto; dos, hacer lo otro; tres hacer lo demás; todo deprisa, deprisa,,,, ¡Uf, qué agobio! Mi puntuación es de cuatro estrellas.


• Billy Wilder, es uno de mis directores preferidos. Todas sus películas tienen un denominador común, contienen sátira y crítica social, todo en un tono divertido y con ritmo apabullante.

Crítica al Comunismo. Los gerifaltes del comunismo, en cuanto prueban los “placeres” del capitalismo, los quieren; pero también al Capitalismo exacerbado. Por ejemplo, en las conversaciones de Mcnamara con su jefe en E.E.U.U., dónde lo único que importa es la cuenta de resultados.

Es una película típica de la comedia loca americana de los años 30/40, en cuanto a ritmo endiablado, que no te da tregua, y los acontecimientos se encadenan unos con otros. El ritmo es trepidante, en algunos tramos, no te da respiro, de tal forma que te metes en la película de lleno.

Por la temática me recuerda a otra película que no tiene nada que ver, pero que se desarrolla en la Alemania Comunista cuando la caída del Muro: “Good Bye Lenin”. La escena de la secretaria bailando en la mesa está inspirada en “Con faldas y a lo loco”, que rodó unos años antes. La escena del coche, además de al “Camarote de los Hermanos Marx”, me recuerda a “Mr. Bean”, cuando va vistiéndose mientras conduce el coche a la oficina.

Cuando entregaron el Óscar a Fernando Trueba por Belle Époque, se lo dedicó a Billy Wilder, refiriéndose a él como su “dios”.
Me gustó más Ninotkcha de Lubitch, cuyo guion coescribió Wilder. Wilder consideró siempre a Lubitch como su maestro, y siempre que rodaba una escena se planteaba como lo habría hecho Lubitch.

Mi puntuación es de cuatro estrellas.


• Me he reído mucho. Es tan rápida, que a veces te pierdes cosas, por no poder parar de reír. Me ha gustado la historia, como parodia todo; el ambiente político, económico, social,

Los personajes están todos perfectos, no les sobra, ni les falta nada.
Me lo he pasado muy bien, me parece una película muy completa; actual, a pesar de los años. La transformación de Otto, al final, da para pensar. Los contrastes entre un lado y otro de la puerta de Brandeburgo.

Los diálogos geniales:

- “Si no quiere ponerse calcetines, habrá que pintarle los pies de negro”

- Dicen que van a comer en la cama, pero en vez de sábanas compra un mantel y servilletas. Desternillante.

En tono de humor, critica a los dos lados.

Mi puntuación de cuatro estrellas.


• Yo también me he reído mucho, pero estoy con los demás, que va todo muy deprisa. Ese hombre no para de solucionar problemas.

Me ha gustado mucho el vestuario y la música.

Este humor de las películas clásicas no me hace tanta gracia como a los demás, no termina de gustarme; pero si me gusta mucho escuchar y aprender a apreciar, con los comentarios que hacéis. Mi puntuación es de tres estrellas.


• Película muy rápida. El principio me pareció un poco insulso, dónde las escenas cómicas estaban un poco forzadas, pero poco a poco, te vas metiendo en la historia y es muy divertida. Trepidante, con un humor parecido al de los Hermanos Marx.

Muy buena interpretación, la del protagonista, y pésima la del yerno, interpretado por el actor alemán Horst Buchholz, al igual que en la película “Los siete magníficos”, donde interpreta a uno de ellos.

Divertida, con buena crítica al comunismo, fascismo, capitalismo…

Al igual que alguno de mis compañeros, no le doy un cinco porque es demasiado rápida. Mi puntuación es de cuatro estrellas.


• Me encanta el cine clásico. Grandes directores, grandes actores, como en este caso, Billy Wilder y James Cagney. James Cagney está magistral en su interpretación de capitalista arribista, preocupado por ascender y gobernar su delegación como si fuese un reino. Me ha encantado, también, la interpretación de Arlene Francis, en el papel de la mujer de Mcnamara, con esa mezcla de cinismo y sentido común.

La banda sonora, trepidante, marca el ritmo de la película. Acertadísima la elección de “La danza del sable” de Khachaturian, con ese ritmo frenético que no da respiro.

Una sátira sobre el comunismo, con sus dogmas, repetidos como letanías, que cuando se instala en el poder, se apoltrona, como cualquier régimen, y solo piensa en el poder y el dinero. También satiriza el capitalismo, representado por la Coca Cola, símbolo del capitalismo por antonomasia, con su ansia de producción, donde las personas son números al servicio del dinero.
Los diálogos son ingeniosos, aunque a veces, no da tiempo a seguirlos; tan rápido es el ritmo de la película.

Me parece una obra maestra. Para satirizar con gracia temas tan fuertes como el nazismo, la guerra fría, la segunda guerra mundial, el comunismo…hay que ser un genio. Un genio llamada Billy Wilder.

Mi puntuación es de cinco estrellas.

La calificación de los asistentes al club de cine ha sido entre 1 y 5 estrellas:

*** = 1
**** = 4
***** = 1