"Entremeses"
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En 1615, un año antes
de su muerte, publica Cervantes Ocho entremeses nuevos, nunca
representados para que el lector -vea despacio lo que pasa apriesa
y se disimula o no se entiende cuando lo representan-. Sin embargo,
estas piezas, en la primordial intención del autor, estaban
destinadas al escenario público.
Lectura reposada y representación
escénica, ¿pero tienen los entremeses cervantinos
virtudes propias para seguir interesando al público actual?
Las repetidas ediciones y representaciones a lo largo de los
últimos cincuenta años así lo demuestran:
se acude a los clásicos buscando claves para la comprensión
de problemas contemporáneos.
En los entremeses de Cervantes,
apreciadas joyas del llamado teatro breve, las flaquezas humanas
-las mismas hoy que ayer- aparecen envueltas en el cegador deslumbramiento
de la broma y la ironía. |