Kafkiano: se dice de alguna cosa o situación que es completamente absurda, complicada, extraña e irreal.
El 3 de junio se cumplieron 100 años de la muerte de Franz Kafka, uno de los escritores más decisivos del siglo XX. Durante todo el año se han celebrado numerosos actos para recordar su vida y obra.
El club de cine se suma a ellos, comentando “El Proceso”, dirigida por Orson Welles, basada en el manuscrito inconcluso del autor, escrito entre 1914 y 1915 y publicado, de manera póstuma, como toda su obra, en 1925.
EL PROCESO
FICHA TÉCNICA
Título original: The Trial (Le Procès).
Año: 1962.
Duración: 118 min.
País: Francia.
Dirección: Orson Welles.
Guion: Orson Welles. Novela: Franz Kafka.
Reparto: Anthony Perkins, Romy Schneider, Jeanne Moreau, Orson Welles, Elsa Martinelli y Akim Tamiroff.
Música: Jean Ledrut.
Fotografía: Edmond Richard (B&W).
Coproducción: Francia-Italia-Alemania.
Género: Drama psicológico. Surrealismo. Película de culto
Premios
1963: Festival de Valladolid - Seminci: FIPRESCI - Jurado de la Crítica Internacional
1963: Premios del Sindicato de Críticos de Cine Franceses: Mejor película.
SINOPSIS
Una mañana, Joseph K es despertado por un hombre que le anuncia su arresto. Estupefacto, descubre poco a poco que es víctima de un verdadero complot. Todos lo acusan, tanto sus amigos como sus enemigos. Desgastado, termina por dudar él mismo de su inocencia.
CURIOSIDADES
La película comenzó a fraguarse en el exilio forzoso en París, al que Orson Welles, su director, tuvo que hacer frente tras ser acusado de actividades antiamericanas en 1946. Su carrera en Hollywood se estancó y se vio obligado a trasladarse a Europa, donde trabajó como actor para financiar sus producciones, algo característico del período del macartismo, durante el cual, numerosos personajes de la vida pública fueron acusados de ser comunistas y, con ello, ser enemigos de los Estados Unidos.
Allí en París le visitan unos productores y le proponen adaptar una obra póstuma de Kafka, dándole libertad para hacerla a su aire. La película se filmaría entre Yugoslavia y Francia. El director pasa meses diseñando los escenarios para los interiores que se construirían en un plató de un estudio en Zagreb. Un día, antes de viajar, el productor le dice que no tiene dinero para construir los escenarios. Completamente hundido, asomado a la ventana de su hotel, vislumbra las dos caras del reloj de la antigua y abandonada estación d´Orsay, hoy reconvertida en un maravilloso museo. Y allí, recorriéndola sorprendido, se da cuenta que entre sus corredores abandonados y sus ruinosas escaleras, está el mundo de Kafka.
Antohony Perkins fue elegido por Orson Welles para interpretar el papel protagonista. La decisión fue criticada porque pensaban que era demasiado alto, delgado y apuesto para interpretar a Josef K. Perkins acababa de rodar Psicosis y el director quiso aprovechar su éxito, además de la supuesta homosexualidad del actor, para darle al personaje esa carga de fragilidad y miedo a verse expuesto.
La oficina donde trabaja K, era un hangar donde había más de 700 personas trabajando en escritorios alineados. El Palacio de Justicia y los demás escenarios se rodaron en la estación d´Orsay.
FUENTES CONSULTADAS
OPINIONES DE LOS ASISTENTES AL CLUB DE CINE
Curiosamente, la primera película que vimos en nuestro club de cine, allá por el año 2012, fue “Ciudadano Kane”; desde entonces no habíamos vuelto a ver nada de Orson Welles.
Aunque la película es totalmente distinta, hay mucho de “Ciudadano Kane” en ella. La técnica de filmado, que tanto caracteriza a Orson Welles, aquí alcanza su máxima expresión. Una fotografía en blanco y negro, maravillosa, nos muestra a otro “ciudadano”, en este caso, a Josef K, engullido por una burocracia, un sistema y una sociedad corrupta. Los planos: picados, contrapicados, empequeñecen al personaje; le asfixian, le hacen sentir la soledad del que está condenado, de antemano.
Hemos sentido las sensaciones del protagonista: incomprensión, indefensión, amargura, abatimiento. Lo malo que es “juzgar”. La impotencia de luchar contra el poder judicial. La soledad, rodeado de tanta gente.
El director se ha sumergido, de lleno, en el mundo de Kafka, para tejer una historia muy compleja de narrar visualmente; y lo ha conseguido. Los decorados, son espacios que nos engullen, tanto por su magnitud como por su estrechez.
Una crítica a nuestra sociedad: al conformismo, a la inoperancia de la justicia, a la burocracia. Todo tan actual. Aunque haya pasado un siglo desde su publicación, nos damos cuenta de que, en esencia, nada ha cambiado, aunque el mundo sea otro.
Algunas escenas nos recordaban a otras que hemos visto en las películas sobre el holocausto nazi.
Hasta el final, no sabes lo que a va a pasar, aunque constantemente, lo estás intuyendo.
Los actores, excelentes: Anthony Perkins, tan metido en su personaje, que parece vivir lo que le está ocurriendo. Destacar a Romy Schneider, tan alejada de sus papeles anteriores y al propio director, Orson Welles, que acostumbra a interpretar, casi siempre, a personajes de sus películas.
Destacamos algunas escenas:
- La rotura del cristal.
- El cuarto de los expedientes.
- El túnel, con los rostros asomándose por las rendijas, en el estudio del pintor.
- Los policías y sus compañeros de trabajo, en su habitación.
Inquietantemente real.
La calificación de los asistentes al club de cine, ha sido entre 1 y 5 estrellas:
*** = 4
**** = 3
***** = 3